De compras

Ayer terminé pasándome por Atlántica Juegos. Es una buena tienda en pleno centro de Madrid, a pesar de que el tendero jefe de turno siempre me mira mal, como si le fuese a robar o váyase usted a pensar. De todas formas me suele ocurrir, así que en cierto modo estoy acostumbrado.

Mis ojos se dilataban mientras veía cosas como
  • Fields of Fire, un wargame solitario del que hablan muy bien (y que si alguien quiere regalarme un ejemplar no me importa, son sólo 60 y pico euros de vellón),
  • Sword of Rome por unos 18 euros en formato bolsa (mínimo 2 jugadores, ¿dónde demonios puedo encontrar a tanta gente?),
  • Descent (un Dungeon Crawler de aspecto chulo pero del que he leido en la BSK que las partidas pueden hacerse largas hasta morir, y de lo que no dispongo es de tiempo para una partida larga con los amigotes),
  • figuras chulas de Reaper (me ha encantado el gigante de las colinas que tienen)
Al final, haciendo un auténtico esfuerzo para mantener mi cartera en unos gastos razonables, mientras sigo esperando el pedido en Tienda Ocio Joven (grandes ofertas de liquidación pero con un servicio francamente mejorable) me terminé comprando la revista Wargames, Soldados y Estrategia número 22 (un ejemplar antiguo).

La verdad es que es un número en el que estaba bastante interesado desde hace tiempo, con el título Trafalgar 1805. Con el juego encartado Con cien cañones por banda, recreando una serie de batallas en la época napoleónica (incluyendo, por supuesto, Trafalgar). Con órdenes como barloventar, bolinear, ceñir, orzar, carrón, fachear y soltar amuras, todo esto tiene un olor marinero muy de agradecer. Además, vengar a Gravina en Trafalgar siempre da cierto gustirrinín. Con sólo cuatro páginas de reglas profusamente ilustradas (más otra de tablas) creo que no tiene pinta de ser un reglamento muy difícil, además de cuatro escenarios para practicar.

Aparte, los artículos referentes a la época naval napoleónica son interesantes, y el artículo Cómo pintar barcos napoleónicos muy ilustrativo, aunque debo admitir que la complejidad del montaje de todos los cabos y escalas me da bastante respeto en un barco de ese tamaño.

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